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pagando con crédito

Revisa tu cartera, la mayoría de gente cuenta con tarjetas de crédito. De hecho, en un hogar medio con tarjetas de crédito hay más de 16 rectángulos de plástico que los miembros de la familia pasan, meten o muestran cuando no tienen dinero en efectivo.

En un mundo ideal, dejaríamos de comprar cosas que no podemos pagar por adelantado. Pero seamos realistas: La mayoría de nosotros no tiene previsto desprendernos de nuestras tarjetas. Solicitar tarjeta de crédito es gran idea pero hay que ser más inteligentes a la hora de utilizarlas. He aquí las cinco principales medidas que hay que tomar, y algunos consejos para cambiar nuestra forma de gastar:

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1. Paga en montos más grandes

Cada vez que pagas sólo el mínimo, te hundes un poco más en las arenas movedizas. Esto se debe a que la mayor parte de lo que está pagando son intereses, no el capital.

Supongamos que eres un miembro de la familia media, que trata de pagar una deuda de 10,000 pesos de la tarjeta de crédito con un tipo de interés típico (15 por ciento). Si envía el pago mínimo cada mes (1,500 de pesos), tardará casi 39 años en pagar tu saldo y eso suponiendo que no vuelvas a cargar un peso. Sabemos que lo sabes, pero lo diremos de todos modos: Paga cada mes hasta que te duela, y acaba con tu saldo lo antes posible.

2. Elige la tarjeta adecuada

Tu tarea consiste en elegir la que se ajuste a tus hábitos de gasto y pago. Si tienes un saldo, te conviene una tarjeta con un tipo de interés fijo bajo. Si estás comprando artículos caros para el bebé, una tarjeta que duplique las garantías u ofrezca devoluciones en efectivo podría ser rentable. Si está ahorrando para una gran compra, merece la pena investigar una tarjeta que ofrezca puntos para esa compra.

Menos del 20% de las tarjetas de crédito bancarias cobran una cuota anual. No pagues una a menos que las recompensas superen con creces el costo. Por ejemplo, si tus gastos anuales son suficientes para obtener un billete de avión nacional gratuito, hazlo. Sin embargo, si te cuesta dos años, probablemente estés pagando más de lo que vale el billete. Recuerde que puede haber restricciones sobre cuándo y cómo se pueden utilizar esos billetes. No te dejes seducir por ventajas que no vas a utilizar.

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3. Aprovecha los regalos

Pagar con tarjeta de crédito ofrece una protección que no tienes cuando pagas en efectivo o con cheque. Esto se debe a que las compañías de tarjetas de crédito tienen influencia en los comercios ya que la ley federal dice que están obligadas a ayudarte si hay una disputa sobre un cargo. Algunas compañías sustituyen la compra si la roban o la pierden. Otras amplían la garantía de los artículos que compras. Lee los detalles del acuerdo que te envía tu compañía. Luego, si tienes una ventaja, ¡úsala!

4. Prioriza los pagos

No todas las facturas son iguales. Tendrás que decidir qué pagos son más urgentes. Digamos que tienes tres tarjetas y no puedes permitirte pagarlas todas a la vez. En lugar de dividir tu dinero en partes iguales entre las tres, paga primero la tarjeta con el tipo de interés más alto. Paga el mínimo de dos tarjetas y destina el resto a la tercera hasta que esté completamente pagada.

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5. Encuentre la ayuda adecuada

Si la deuda de tu tarjeta de crédito es superior al 20% de sus ingresos anuales, tienes que ponerte serio. El mejor primer paso: Consultar a un asesor crediticio, que puede ayudarte a diseñar un plan para reducir la deuda. Ten en cuenta que la mayoría de los asesores crediticios están pagados por los acreedores, que prefieren que los clientes no se declaren en bancarrota, aunque pueda ser legal y beneficioso.

Usar de manera adecuada tu tarjeta de crédito puede brindarte excelentes oportunidades.

Diana Hernández